martes, 18 de marzo de 2014

Sentir que estoy viva

18 de Marzo, a diario, cada día como una condena que traigo sobre los hombros, como ese trauma que no he podido (querido) superar, me repito lo tonta que soy por haberme cerrado a todas esas cosas tan lindas que me dijiste, por haber sentido que perdí una oportunidad. Aún me siento agobiada.

Y es que... ¿cómo le hago para no acordarme de ti cada que escucho la canción que un día me dedicaste y que no quise entender? ¿cómo le hago para no pensarte cada que ponen una de esas canciones que tanto nos gusta bailar? ¿Cómo le hago para no sonreír como tonta en la calle cada que llegas a mi mente?...


Ya me he dicho un millón de veces que fui yo quien no quiso escuchar tus latidos, me negué a ver el brillo que había en tus ojos cada que me veías, pero la verdad es que aunque por el momento cada quien tenga sus ocupaciones nunca sales de mi cabeza, necesito tanto de ti.

Y aunque no sea consciente, sé que todo tiene un ciclo, que todo dura lo que tiene que durar, así que a pesar de eso... pase lo que pase, puedo agradecer que ME HICISTE SENTIR QUE ESTOY VIVA, me devolviste ese brillo en los ojos, esa sonrisa que creí que jamás regresaría.Yo te lo dije alguna vez "siento como si jamás pudiese volver a querer, es como si X persona se hubiese llevado toda esa capacidad de amar que había en mí" tú sólo me respondiste que eso no podría pasar, que aquél no valía la pena, que dejara de pensar en alguien en quien ni quiera cabía el sentimiento del cariño. 

Y fuiste tú quien destruyó mis demonios, tú venciste todos mis miedos, fue de tu mano que aprendí a correr, es verdad que tuve miedo a caer y nunca llegué a volar. Pero por ti fue que descubrí de que no estaba todo perdido. 

La diferencia en esta ocasión es que esta vez estoy mal por una persona que me demostraba cuánto me quería, que hizo hasta lo inalcanzable con tal de que yo estuviera bien y con tal de tener los mejores momentos... juntos; que contigo me sentí más llena de vida, como nunca me había pasado, ni siquiera con aquellas relaciones tan duraderas.

La diferencia es que nosotros nos quisimos y todo el mundo lo notaba mientras nosotros nos hacíamos los ciegos.

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