sábado, 22 de octubre de 2011

Un Viernes de amor

Un Viernes en el que no necesito estar en una fiesta para estar feliz, en el que no importa si estoy en pijama en mi casa sin poder dormir. No importa qe tan tonta parezca para los demás, porque estoy más feliz que aquella que bailó toda la noche, porque estoy pensando en ti, en lo feliz que me haces y en los buenos recuerdos de esta semana que alimentan mi alma. No me importa que muchos ya estén dormidos, mientras yo despierta sonriendo como enamorada... no no, las enamoradas ni siquiera sonríen así, nis sus ojos deslumbran tanto como el brillo de amor que llevan los míos.

Esta noche estoy agradeciéndole a la vida que estés aquí, que seas esa pieza faltante de mi rompecabezas y analizando como el destino no se equivoca, si estoy donde estoy es porque siempre hubo una conspiración a nuestro favor, no pueden llamarle casualidad a aquella vez que nos dijimos el primer "hola".

Y ahora todas las canciones me hablan de ti, trayendo con ellas esa mirada y esa sonrisa que poco a poco me consume en un suspiro. Es entonces cuando comienzo a recordar todas esas risas que nos han unido, aquellas historias que nos contamos hasta mirar el alba y las veces que las despedidas son más largas que toda la conversación. Es cuestión de segundos para que tu olor atraviese una vez más mi cuerpo, tan sólo recordar tu loción y que pude haber volado con ella como una droga, ¿y cómo no enamorarme cada día más? si ese estilo tan seductor, si esa ropa para la ocasión o si esa voz tan peculiar.

Y entonces sonrío cuando veo que pasas caminando, tan relajadamente, como si el viento soplara a tu favor y contara tus pasos; pero claro que sonreí. Luego te ví bailando una vez más, me pareció escuchar que había mucha gente, pero yo sólo te ví a ti.

Después quizá de todo eso debí despertar, pero no, no estaba dormida, eso había sido realidad en el recuento de una semana que pudo llenar un capítulo más de estar historia que me decidí a contar en un Viernes mientras ustedes aún no llegan a casa.

sábado, 15 de octubre de 2011

No soy yo, es mi corazón...

Una vez más está mi corazón amándote después de que ayer lloró tras escuchar una canción,
sin importar que esta se haya terminado hace cinco minutos y seguía alimentando tu recuerdo.

A pesar de que pareciera que mi vida se vuelve monótona o que a veces un día no sea suficiente
para lograr todas esas tareas que la vida nos obliga a realizar a diario, no hay ni un instante en el que no pueda dejar de amarte, creo que no hay hora en la que no piense en ti.

Y es que no hay nada más importante que verte reír y saber que eres una de esas cosas que no puedo dejar de hacer antes de morir. Pasear, bailar, soñar, o ver un amanecer juntos... no lo sé, pero son verbos que sólo puedo ver realizados por un nosotros, el problema es cuando tú no ves esos mismos sueños que yo.

En realidad no sé si hay un muro que te impida ver el mismo horizonte que yo, pero estoy seguro que los dos estamos frente a él, que no es coincidencia habernos conocido y mucho menos que haya tanta confianza, tantas pláticas, momentos y situaciones que nos unen, pero que no entendemos. Amaría hacerte entender lo que hay en este corazón que.... ayer lloró por la impotencia de no tenerte aquí.

Nunca olvides cuanto te amo.