sábado, 28 de junio de 2014

Un suspiro de alivio, una bocanada de futuro.

No está de más decir que las cosas han cambiado demasiado, han pasado seis meses, en cualquier circunstancia las cosas cambian en ese tiempo. Y bueno, aquí estoy terminando digamos que el primer semestre de medicina, es más importante de lo que parece, en primera, sí, por simplemente haberlo terminado bien, pero en segunda porque al fin vuelvo a recobrar esta sensación de tranquilidad.
Esto de las vacaciones hacen feliz a cualquiera, pero a los que no las hemos probado en tanto tiempo después de estar bajo tanto estrés, son aún mejores.
Y el caso de toda esa paz y tranquilidad, se reflejan en esa felicidad de hacer cosas que me gustan extra escolares. En primera como ponerme a leer y escribir, tomar un libro y acabarlo en dos días, ponerme a escribir a las 4 de la mañana y no preocuparme por nada.
Darme cuenta que puedo escuchar una canción sin sentir nada por nadie, como cuando era chiquita que ni ponía tanta atención a la letra, pero que me encantaba la rola, justo así. Saber que nadie me preocupa, que no me importa ni qué día es hoy, ni cual mañana, que cierro los ojos y puedo remontarme al 2011 o al 2013, recordando cosas bonitas pero sin clavarme tanto en ellas, porque no me agobia nada; y que al abrir los ojos simplemente tomó aire y suspiro agradeciendo tan bello momento.
No mortificarme por amores, ni escuchar a mi mente pelear por decisiones, no sentir presión por nada y saber que todos los demás están bien, que hay cosas que están mal pero que no puedo hacer mucho para resolverlas y preferir pensar mejor en mí.
A esto puedo llamarle ahora "paz", que cómo me encanta y sé que mañana tendré que preocuparme por los trabajos y proyectos, pero ahora que puedo estar conmigo misma, en silencio, palomeando la lista de cosas que tenía para cuando tuviera tiempo libre, es algo que no quiero dejar.
Es importante saber en dónde está uno parado y recordar de qué está hecho, darse un tiempo para uno mismo y aprender a disfrutar de la soledad como señal de que se está tranquilo con quién es uno, como bocanada de aire para retomar de nuevo la carrera... De vida.