domingo, 10 de febrero de 2013

Sólo tú me haces escribir del amor

Hoy en día dedico mis días a ayudarle a mi mejor amiga a bajar canciones de lo más cursis para luego meterlas en el ipod de su novio, si bien las canciones son en su mayoría buenas, no soporto oír tanta miel junta, pero la verdad todos esos detalles yo ya los jugué contigo, ¿recuerdas? los pequeños post-its y las cartitas con miles de colores ya los hice, entonces ahora cuando lo veo en otro lado, quizá inconscientemente sea que me recuerda a ti o algo así, pero la verdad es que desde tu adiós, todo lo cursi siento que lo voy a vomitar.
Por otro lado, hoy vi la rosa que me regalaste, esa con la que juraste que no nos dejaríamos de querer hasta que se marchitara, ya está por cumplir un año y la rosa brilla más que nunca, pase lo que pase sé que esa flor estará presente con nosotros.

Me pongo a pensar en todo lo que pasó hace un año, dicen que vivo suspirando recuerdos, pero tan sólo recordar que todo estaba tan bien, las cosas iban bien, yo sonreía mientras tú me abrazabas, salía a buscar un detalle para ti y te encontraba en cada corazón, en todos los semáforos se veían corazones; aún no he sabido asimilar qué salió mal, "todo desde un principio", me decían, yo no lo considero así, porque el día que  te conocí fue uno de los mejores de mi vida.

Aveces pienso como toda mujer tonta que me gustaría regresar el tiempo, inclusive si tuviera que ser antes de conocerte, a cometer los errores y aciertos que tuve sólo para volver a estar contigo, para poder sentir esas cosas cursis sólo por una persona e inclusive para no volver a sentirlas por nadie más después, cada uno de los momentos soy capaz de repetir, pero la vida no pasa dos veces y todo lo que pasó entre nosotros no volverá, ni todos los pasos que dí para obtener un lugar junto a ti.

Ayer me dijeron que la mirada me cambiaba cuando hablaba aún de ti, que los ojos me brillaban, creo que como cuando salíamos juntos, es que aún te extraño, aún absurdamente no he podido superar lo que ya pasó.

Y las canciones de mi amiga me trajeron a saludarte, a escribirte, porque recuerdo que mis ganas de ser cursi las tienes sólo tú, pero después de media hora, me tienen llorando, con ganas de correr a abrazarte, sin importarme la hora, porque estas eras nuestras horas; aún me acuerdo cómo nos quedábamos abrazados en las faldas de la luna, sin terminar la plática, desde el primer día que el sol nos sorprendió, ahora no sé qué hago todas las noches, aveces subo a buscarte en nuestro cráter de luna, pues sabemos que ese es nuestro lugar, ahí es donde nos gusta perdernos y sólo nosotros podernos encontrar.

Finjo aveces ser fuerte y decir que ya no me importas, jurar que ya no te quiero, gritarle a media ciudad que ya no te busco cada noche, pero la verdad aún estoy en donde nos conocimos, esperando volver a conocerte y ser tan feliz como nunca lo había sido, por volar con mi sonrisa, la cual no sabía que hacía elevarme. Aún te necesito y te extraño, junto a la rosa más bonita y brillante que me dejaste cuando creo que ni tú sabías que estaríamos así por un tiempo.

sábado, 2 de febrero de 2013

Un motivo de amor para dos años.

4° intento de entrada y la verdad es que no pude escribirte, se supone que hace unas horas terminó el día que tanto nos unía y al que tanto le celebraríamos.

Dos años ya de que esto empezó, más de un millón de veces nos hemos preguntado que si el habernos conocido ha sido buena idea, o quizá la peor, ambos sabemos que de todas las personas se aprende algo y que en ciertas ocasiones, la mayoría, el universo es nuestro, las otras... simplemente nos odiamos mutuamente. Todo esto me ha hecho pensar que no es más que una muy mala adicción, tan mala que la hemos seguido tras dos años.


Y precisamente no sé cómo hemos llegado hasta aquí, algunas personas creen que aún nos seguimos perdiendo por un libro mágico, otros juran habernos visto volando entre las estrellas, los pocos que quedan sólo observan cómo se llenan nuestros ojos de ilusión. Todo mundo ya sabe cuántos sentimientos han emanado entre dos corazones, pero no que después de tanto tiempo, y sin poder evitarlo, aún seguimos hablándonos, sonriéndonos, chocando las miradas y con el poder de detener el mundo a nuestro favor.


Recuerdo cuántas veces el tiempo y el espacio han estado a nuestro favor, las veces en las que hemos reído como dos locos enamorados, me hace muy feliz revivir los buenos momentos, sin embargo, aún pienso en todas esas veces que no supe comportarme, en las que quizá por mi inmadurez, o por esas mariposas que me hacían temblar, que es con la que a menudo me excuso, no pude poner la mejor parte de mí. Porque lo bueno que pasamos ha sido muy hermoso, sin embargo sé que si ambos desde un principio hubiéramos dicho las cosas como son, esto sería mejor.


Entonces analizo que has sido de esas personas que saben comprenderme, que después de todo siempre vuelve a hablarme, así no pueda contestarte o que todo gire en mi contra, tú sabes llegar y abrazarme, aguantar esos malos momentos y canjearlos por sonrisas.

He dicho varias veces ya, que todo tiene un porqué, desde que tuve que tomar la decisión de elegir un espacio, encontrar con que era y es el mismo que tú, de ahí cuando tú me hablaste, posiblemente si yo te hubiera hablado bien aquella vez, las cosas serían totalmente distintas, malas... o tal vez mejores, es justo ahora cuando recuerdo que fuiste tú quien dijo la primera palabra, cuando mi mirada estaba rondando otros bosques y no pensé jamás en que algún día construiríamos un bonito camino.

No me arrepiento de nada, puesto que como nuestra nuestra historia no hay otra, porque después de dos años hemos pasado realmente de todo y porque varios aún hacen frases en contra de lo que nosotros sí tenemos, no me arrepiento tampoco, porque sé que siempre tengo tu apoyo, porque sabes que de mí lo tienes también, porque cada paso ha valido la pena.

Y no me importa que el romanticismo en ocasiones se haga presente, si es que pareciera que la única que pone interés soy yo, cuando es que las miradas siempre nos unen y vamos en la misma dirección, aunque el orgullo nos detenga también, no todo está bien, tengo aún la camisa que en ocasiones te quiero devolver, tienes mis discos favoritos. Y muy pronto va a llegar el día en el que la colección aumente y que quizá debamos decirnos todo lo que está mal, dejar de buscarnos en otros ojos y quitar toda barrera que nos impide caminar con el mismo ritmo.

Así son dos años, en el que cada día ha sido importante, nuestro, desde el "paso-punta" que aún rodea mi mente hasta el polvo en tu camisa de aquel escalón. Cada uno ha valido la pena, cada uno me tiene aquí, sin saber cómo escribirte, pero dándole sentido a cada una de las letras.