lunes, 4 de noviembre de 2013

¿Te arrepientes?

Sentada en su lugar favorito, donde ella solía platicar con él por horas, de pronto escucha en su mente esa retumbante frase una vez más: "eso que dices es basura,  ese sentimiento es basura", tal como un estridente tic toc en el reloj, idealizaba perfectamente esas 9 palabras que jamás podrá olvidar, sabiendo que él tenía razón, toda esa basura que dijo no habían sido mas que mentiras.

"Arrepentimiento", eso era justo lo que sentía ahora y cómo no iba a ser así si sus ojos se inundaban con tan sólo recordar que justo en ese momento pudo haberle dicho todo, era el momento preciso para que ambos pudieran aceptar eso que sólo en miradas podían expresar y que no se atrevían a decirse.

Y sí, eran tantas las cosas que los unían, como esas sonrisas que no podían mentir, pero sobretodo esas miradas, que ni ellos sabían cómo salían y que por supuesto nadie entendía, no podían engañarse. Era obvio que ambos sabían lo que sucedía, lo que quizá por temor siempre vivían ocultando o negando.

Es justo en ese momento donde ella recuerda que si no lo hubiera negado, no estaría tan arrepentida ahora, sí... arrepentida de saber que esas pláticas no volverán, que los juegos de niños en la feria no se repetirán, que los besos... que los besos quizá no se vuelvan a aparecer. Y tal vez les quede sólo ser prisioneros de sus miradas que siguen buscándose diciendo tantas cosas que ellos se aferran a callar.

Escuchando su canción favorita, esa que bailaron juntos, el cual por cierto siempre recordará como su baile más bonito, ella limpia sus cristalinos ojos... -¡Cómo lamento haberme quedado callada! -se grita a sí misma. Y ahí se desató una discusión:

-¡Pero no tienes derecho de reclamar su amor!... -Dijo su consciencia. -No tienes derecho a desear algo que rechazaste una vez. -No rechacé nada, sólo me dio miedo decirle que sí, tenía miedo a lo que pudiera pasar, a que pudiéramos arruinar nuestra amistad. -Bueno,  y si tanto te importa la amistad, ¿por qué ahora dices que es tu "hacedor de sonrisas"? -Es que yo jamás imaginé todo lo que iba a significar él para mí,  todo lo que viviríamos,  los lugares, las risas, los abrazos, los besos... -Y bueno quizá para la razón eso no tenga sentido, pero la verdad es que cuando alguien llega a mover tu corazón no puedes remediarlo.
... -A mí no me engañas, sé que desde antes tú ya sentías algo, no es nuevo. -Y así es, pero antes no sentía todo esto, antes sólo creía quererlo, ahora estoy segura. - ¿Y sabes qué es lo peor?...  Que él lo sabía. -Claro que lo sabía,  sé que el buscó mi "sí" muchas veces, pero nunca supe decirle lo que realmente sentía, preferí mentirle... Aunque él también lo hizo. -Él jamás te mintió, sólo que nunca le diste la oportunidad de decirte lo que quería, y cuando te lo dijo tú preferiste hacer oídos sordos y fingir no entender nada. -Y así duramos mucho tiempo, hablándonos bonito,  diciendo cuánto nos queríamos, pero cuando él me insinuaba algo yo prefería evitar el tema. Y cuando yo le llegué a decir algo él simplemente no sabía qué contestar.
-¿Te arrepientes? -Por supuesto que sí, me ha quedado más que claro que uno se arrepiente más de lo que no se atreve a hacer a lo que hace y falla... -¿Y qué le dirías ahora? -Que me disculpe por haber arruinado algo en lo que tanto me insistió,  que en un momento todo iba perfectamente como yo lo tenía contemplado, pero jamás imaginé que iba a sentir tanto. Que he conservado al mejor amigo del mundo, pero que me causa impotencia  saber que ahora sólo pasa eso... "amistad"; que extraño demasiado ser "su vida", "su amor", que desearía poder volver el tiempo para decirle que sí desde que todo comenzó.  Sé que es mi culpa,  consciencia, yo lo sé,  sé que ahora la que debe hablar soy yo, pero esta vez tengo miedo de que me diga que ya es demasiado tarde...

Entonces sabe lo que debe hacer, y aunque el miedo la coma, prefiere hablar antes de que una vez más se arrepienta por haberse quedado callada.
... Pronto comienza a llover, pero ella prefiere seguir ahí, en el lugar donde sabe que él puede encontrarla y no porque lo espere, sino porque ahí es donde mejor sabe pensar en él.


Lamento...

Siento tanto que las cosas no sean ahora como en algún momento los dos imaginamos, quizá cada quien por su cuenta, quizá no imaginamos el mismo mundo, pero ambos teníamos un sueño en común. 

Lamento tanto haber dicho no cuando quería decir sí, siento mucho el miedo, mi miedo, tu miedo, que quizá los dos hayamos preferido no hablar claro y así conservar una buena amistad, quizás en un futuro sepamos que ha sido lo mejor.

Lamento haber fingido que no entendía lo que me decías, pero también habernos entendido cuando creíamos que el otro no sabía leer entre líneas.

Lamento que me hayan temblando los labios seguido de una sonrisa, las mariposas, que se me escapara una sonrisa al recordarte; las canciones cursis,  los desvelos, los guiños, que mis ojos te dijeran más que mis palabras.

Lamento los bailes donde nuestras almas estaban más conectadas que nuestros cuerpos.

Lamento tanto todos los abrazos, las risas, las propuestas, las indirectas, los juegos... ¡¡Lamento tanto los besos!!

Siento tanto que no hayamos sabido hacer las cosas a tiempo, lamento no haberte enseñado a caminar cuando ya querías correr, lamento que no hayas detenido mi vuelo cuando yo ya estaba tocando el cielo...

Lamento que hayamos sentido tanto, limitarnos y vivir con el arrepentimiento, lamento que nos hayamos querido a pesar de todo y todos. 

¡¡¡LAMENTO NO HABÉRTELO DICHO!!!