martes, 29 de mayo de 2012

MENTIRAS


 Mentira es que al primer día me tengas confianza, mentira es que crea tus pretextos y no cuente los días. O también hacerme creer que el viaje era largo y yo decirte que lo sabía. Mentira... mentira fue decirte que ya no te quería. 


Todos mentimos, sí... TODOS; en especial tú y yo. Inventando excusas, problemas, llamadas o despedidas, para hablarnos  o dejarnos de hablar. Diciéndole al otro que algo nunca pasó o que ya ocurrió desde hace mucho, para no preocupar, o sobretodo para no levantar sospechas.


Están, las que se cubren con polvo y nadie ve lo que en realidad esconde; estas que primero se llaman promesas como "Te juro que yo estaré contigo cuando me necesites" y que terminan vilmente desaparecidas .


Las mentiras propias son aún las más chistosas, esas que aparecen cuando más dormidos estamos y son como sueños, nos auto creamos esperanzas, ilusiones o peor aún ¡señales! donde no existen, podríamos llamarles también espejismos. Pero terminan siendo falacias que conocemos, pero las llenamos de argumentos para creérnosla.


Y la mentira-post mentira ejemplificada cuando vivo haciéndole creer a la gente que eres una buena persona, que aún te quiero y que somos muy felices. Porque eso construimos y de repente te retiraste de la jugada. 

¿Que cómo sé que mientes?, fácil, tú me contaste todos tus engaños a terceros. "Siempre supe que mentías, pero nunca creí que hasta a mí burdamente me la aplicarías." 





jueves, 10 de mayo de 2012

Humo de lágrimas

Observas la luna, llena y feliz, como corren las nubes tras ella para esconderla, como la luna tarda más y se deja alcanzar, escuchas  como el viento susurra... nadie más entiende, pero sabes que grita su nombre. Ese nombre que al conocerlo, te costó pronunciarlo y aún peor cuando te costó nombrarle, llamarlo... y te desgañitaste buscando que volteara, una vez más.








Escuchas en tu interior la canción que llevas ahí, cerquita y guardada en tu corazón, entonces sabes que a pesar de todo sigue siendo lo más hermoso que has escuchado, no obstante, el miedo se acerca tan sólo de pensar que puedas encontrar una melodía más angelical.

No hace falta que le recuerdes qué la distancia no ayuda, ni importa que busques en el mapa cuántos suspiros caben en tantas veces que añoras cómo soltó tu mano, porque lo sabe, y claro... ¡Tú sabes que lo sabe!

Quién sabe si estés esperando el amanecer, tal como platicabas que lo esperaban los dos, que disfrutaban contar estrellas y reír -pregunto yo- contestas que sí, porque sabes que en otra parte de la noche fría está también esa persona, escuchando tu nombre en el aire y viendo el reflejo de ambos escondiéndose, tras ese humo de lágrimas.