miércoles, 15 de agosto de 2012

De vuelta


¿Por qué ya  no apareces en mis letras ni en mis sueños? ¿Es acaso que te has borrado del mapa?Dije que cuando tu mirada ya no sorprendiera y no iluminara la mía, habrá terminado esto. No lo veo tan lejos.


Tras un largo tiempo, la chica le vuelve a saludar, con algún pretexto estúpido de esos que tiene de sobra, porque seguramente se había cansado de ya no platicar con él... o no, mejor aún, porque su mente la había retado a saber qué sentía ahora, ella esperando una respuesta, con miedo, como aquellos del poema de Sabines que esperan sin esperar nada, sólo esperan. El chico la nota, nadie sabe cómo fue su impresión, pero la respuesta estaba ahí, con el supuesto gusto de volver a saber de ella.


Mientras, la única respuesta importante llegaba también.. "El mundo ya no se paralizaba como antes" todos siguen su camino y nada extraño pasa entre los dos.Aún así una sonrisa aparece en su rosto, esa que sólo él sabe activar.  Un rato después él se despide con gusto y a ella ya no le interesa que no se quedara como antes. Inclusive se vuelven a ver, otra vez como si nada pasara, ya no tan seguido pero sí con la misma afabilidad. Esta vez fue él... informándole que volverían a verse. ¡Demonios! ¿Eso cambiaría las circunstancias? Ella ya estaba acostumbrada a su ausencia, ya había superado el no tener que volver a saber de él, buscando razones, excusas y resignación, recordando a diario que habían fracasado hasta como amigos, todo eso ahora valía un pepino. INCLUSIVE HABÍA ESCRITO YA UNA ENTRADA IMAGINÁNDOLO EN OTRO RUMBO.


... Y así llegó el día, cruzaron miradas un par de veces, igual al día siguiente y dos más. Entonces la gente ha de pensar que algo muy bonito pasa cuando él la sigue con la mirada, mientras ella sonríe y comenta que creyó que ya no sentía nada; cuando va al pie de su puerta a buscar a la chica, y aunque ella siente mucho cariño por él, no siente lo nada al verlo buscándole ni le sorprende verlo. El beso de despedida ni siquiera es lo mismo. Detrás de eso, no son más que el punto intermedio entre conocidos y compañeros



Pero al destino le gusta combinarlos, siempre lo ha hecho. Y así fue aquella ocasión que cruzaron respiración, ella perdida en su voz y su aroma, 5 cm de distancia y el reloj dejó de hacer tic-tac, tratar de esquivar miradas no les funcionó, todos alrededor debieron pensar que tenían calculados los movimientos y que ella fue quien buscó chocar suspiros, aunque no fue así, desviando un rato después el rostro, la incomodidad se hacía presente, trataron de hacer que nada sucedía, pero la droga ya había hecho efecto y no tenían idea ni de lo que decían, ella no recuerda qué le dijo después, él... dijo todo mecánicamente. 

Así que todo parece estar como debería estar, un poco más de lo merecido, un poco menos de lo deseado. Ella al fin duerme tranquilamente bajo la luz de la luna, sin importarle lo que pase entre ambos, queriéndolo. Aún no puede tocar el tema, pero ya no carga con el fantasma de que eran como dos desconocidos.


A la siguiente semana ella volvió a entrar al lugar donde se encontraron, la misma gente y el mismo ambiente, le supuse que debería despedirse de todo, pero no pudo y a pesar de que no volvería a pasar por ahí, trató de ser fuerte y no llorar.


Quién sabe si vuelvan a hablarse, a fugarse a su felicidad secreta a la que ahora van por separado cada vez que se extrañan, pero al menos ella ya camina con la cabeza en alto y teniendo todo como deseó desde el momento que dio el primer clic.

NO DESEO UN CUENTO ETERNO, QUIZÁ SÓLO UN BONITO FINAL QUE AÚN NO LLEGA.