lunes, 8 de octubre de 2012

Tenemos la llave

[Entrada libre, nótese por la hora, que no todo aquí puede tener sentido. Gracias por leer, los quiero.]


Te extraño poquito y no quiero escribirte, sin embargo lo estoy haciendo.
Son las 05:26 de la mañana y siento algo que me hace falta, creo que otra vez eres tú, aunque ahora las cosas estén bien, aunque ya no me duela cuando no estás.

Sin embargo más que extrañarte, me he dado cuenta que te quiero, ya no tanto ni de la misma manera, ya no es esa euforia que me enloquece aunque aún sonrío en el transporte público cuando de repente llegas a mi mente.

Ruego porque no terminen los pretextos para hablarnos y es justamente lo que estamos haciendo, y cada vez más y cada vez aún más. Buscamos formas nuevas de encontrarnos, ambos sabemos que no podemos caer en la monotonía que este amor no termine hasta que la última de las rosas que me diste se marchite. Sí, esas rosas artificiales.

Y es entonces cuando sonrío mientras te escribo, una vez más... no sé cómo le haces, pero eres el único que logra sacarme esas sonrisas, no sé cómo haces para que no deje de quererte y de extrañarte. Para seguir ahí conmigo y yo contigo.

Pronto tenía que llegar un punto medio en el que estuviéramos bien... en el que otra vez estuviéramos pidiéndonos disculpas pero ya no como antes, ahora son cosas que no importan ni algo que nos clave.

Tienes la llave, tengo tu llave, siempre sabemos cómo, nunca la pierdas, permitas que alguien más las robe. Te quiero.

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