jueves, 10 de mayo de 2012

Humo de lágrimas

Observas la luna, llena y feliz, como corren las nubes tras ella para esconderla, como la luna tarda más y se deja alcanzar, escuchas  como el viento susurra... nadie más entiende, pero sabes que grita su nombre. Ese nombre que al conocerlo, te costó pronunciarlo y aún peor cuando te costó nombrarle, llamarlo... y te desgañitaste buscando que volteara, una vez más.








Escuchas en tu interior la canción que llevas ahí, cerquita y guardada en tu corazón, entonces sabes que a pesar de todo sigue siendo lo más hermoso que has escuchado, no obstante, el miedo se acerca tan sólo de pensar que puedas encontrar una melodía más angelical.

No hace falta que le recuerdes qué la distancia no ayuda, ni importa que busques en el mapa cuántos suspiros caben en tantas veces que añoras cómo soltó tu mano, porque lo sabe, y claro... ¡Tú sabes que lo sabe!

Quién sabe si estés esperando el amanecer, tal como platicabas que lo esperaban los dos, que disfrutaban contar estrellas y reír -pregunto yo- contestas que sí, porque sabes que en otra parte de la noche fría está también esa persona, escuchando tu nombre en el aire y viendo el reflejo de ambos escondiéndose, tras ese humo de lágrimas.


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